Ibiza

La isla más especial, por tantos deseada

Casas de paredes blancas, callejones pintorescos en el casco antiguo, pequeños pueblos y bahías de ensueño con arena blanca y agua turquesa: eso, exactamente, es Ibiza. Fueron los romanos quienes le dieron su apelativo de «isla blanca». Ibiza es diferente, un pequeño universo particular. Las contradicciones se entretejen para formar un todo singular: romántica y salvaje, tranquila y estridente, noches de fiesta ruidosas y días sosegados junto al mar, los restaurantes más caros del mundo y los chiringuitos más humildes. El blanco, como las casas del casco antiguo, dicta también la moda de la isla, y en ningún otro sitio del mundo se lleva con tanta clase como en la propia Ibiza. Aquí convive una emocionante mezcla de personas de todo el mundo: humildes agricultores y pescadores, pintores y escritores, artistas y amantes de la buena vida, ricos y famosos que buscan y encuentran aquí una vida lejos de la alfombra roja y de las cámaras.

A esto hay que añadir su fascinante naturaleza: verdes pinares, un mar con más de cincuenta bahías de ensueño, las inimaginables puestas de sol en las que la noche despide al día como si de un espectáculo de fuegos artificiales se tratara. Ibiza es pequeña, más pequeña que Hamburgo. Eso significa en la práctica distancias cortas a los restaurantes, a los puertos deportivos, al aeropuerto, a las reuniones con amigos en los clubes de playa o en el campo de golf. «Poder vivir aquí, tener una propiedad aquí, es todo un privilegio». Así se sienten muchos de quienes han encontrado en Ibiza su segundo hogar. Descubre la isla cuyo recinto fortificado es patrimonio cultural de la UNESCO y que ya era la isla sagrada para los fenicios hace 2.700 años.